“…Desde hace años, queda de manifiesto que los planes de ordenación territorial vienen sufriendo un segundo "filtro" tras el largo y complejo recorrido que supone su aprobación definitiva, y es el de pasar por los tribunales de justicia. Siendo la principal causa de la nulidad las cuestiones formales, impide analizar el contenido de fondo de estos, por lo que, en caso de aprobarse de nuevo el Plan, se tendría que pasar de nuevo por el proceso judicial para analizar su contenido -modelo, normas, directrices y objetivos-, un componente que sin duda eterniza el proceso de aprobación de planes, si además sumamos a ello el tiempo de elaboración de estos, y lo que desemboca en una situación de incertidumbre jurídica, tanto para la Administración pública como para la población en general (Burgos, 2018).…”