“…El agresor, alumno que maltrata a la víctima, lo puede hacer de dos formas: bien iniciando el acoso por cuenta propia, es el agresor activo (Perren & Alsaker, 2006) que goza de popularidad entre sus compañeros, o bien, el agresor pasivo que no inicia el maltrato, pero apoya al agresor activo (Olweus, 1993). Estudios realizados hasta ahora coinciden en que el alumno agresor presenta un estilo de socialización concreto, tiene dificultad para ponerse en el lugar de los otros (Olweus, 1993), presenta deficiencias en autocontrol en las relaciones sociales (Avilés & Monjas, 2005;Díaz-Aguado, 2005;Cerezo, 2008;Caspi et al, 1994), muestra indiferencia (Caurcel & Almeida, 2008) y con el tiempo se acostumbra a vivir abusando de los demás, lo que le impide inte-grarse de forma adecuada a la vida social del centro educativo (Benítez & Justicia, 2006).…”