El artículo intenta reflexionar sobre experiencias acontecidas en mi trabajo de campo con músicos independientes de rock miembros de la Unión de Músicos de Avellaneda (UMA), en la localidad homónima (zona sur del conurbano bonaerense, Argentina), entre abril de 2016 y abril de 2018.El objetivo es describir mi llegada al campo y ahondar en las particularidades que tiene trabajar con músicos y a la vez ser música. Al mismo tiempo, se profundiza en el modo en que el campo nos transforma al igual que, como cientistas sociales, lo transformamos.Se aborda el vínculo entre experiencia, investigación y construcción de conocimiento, haciendo hincapié en la conexión entre las relaciones que entablamos, como investigadores, con los sujetos de investigación (relaciones de distancia e involucramiento) y las actividades que realizamos en el campo (observación y/o participación). Se sugiere así que la reflexión sobre el trabajo y las experiencias dentro del campo, desde la experiencia musical en sí misma, puede ser un aporte interesante para el campo antropológico y multidisciplinario.