“…Sin embargo, numerosos estudios han revelado un importante matiz: la comunidad investigadora no anglófona se ha visto cada vez más presionada a publicar en inglés en lugar de hacerlo en su lengua materna (Curry & Lillis, 2004;Swales, 2004;Moreno, 2010;Lillis & Curry, 2010). Este hecho aumenta necesariamente la dificultad percibida en el manejo del lenguaje (Flowerdew, 1999) en un contexto que, además, establece un sesgo negativo hacia usos y formas de expresión que se apartan del «inglés estándar» impuesto por las estrictas políticas lingüísticas de las revistas (Li & Flowerdew, 2007), incluso cuando se trata de revisores no anglófonos (Bocanegra-Valle, 2015), como veremos a continuación. 3,9 4,7 4,9 6 El efecto de la progresiva globalización lingüística de la ciencia ha conllevado una creciente presión hacia la estandarización, no sólo en el ámbito lexicogramatical sino también en el semántico, textual y sociopragmático (Gotti et al, 2002;Gotti, 2012).…”