“…Más aún, cuando se convierte en estrés laboral crónico, es una fuente de síntomas y enfermedades digestivas, respiratorias, cardiacas, metabólicas e inmunes, entre otras afecciones corporales. Paralelamente, la salud psicológica del trabajador también se ve perturbada, pues se torna ansioso, depresivo, distraído, hiperactivo, irritable, voluble, falto de energía e insatisfecho con su vida laboral (Choi y Koh, 2015;Norman, Fu, Ekman, Björck y Falk, 2017).…”