“…Actualmente, existen numerosos estudios de casos que demuestran, cómo en las urbes latinoamericanas, las políticas públicas contribuyeron a exacerbar las manifestaciones que avizoraban diversos autores (De Sena y Cena, 2018;Brites, 2017;Clichevski, 2017;Veiga, 2004). Estos desequilibrios son en principio motivo de estudios en grandes metrópolis (Vidal-Koppmann, 2009;Janoschka, 2002;Prévôt Schapira, 2001) y hoy se replican para las conglomeraciones de segundo y tercer orden en la jerarquía nacional (Gómez López y Castañeda Nordmann, 2019;Capron y Esquivel Hernández, 2016;Gómez, 2011). Brites (2017) expone que desde los '90, las ciudades han sido objeto de políticas que se caracterizaron por: a) la inversión selectiva de obras públicas; b) la implementación de nuevas legislaciones de ordenamiento y renovación urbana; c) la generación de entornos "embellecidos" y la promoción de competitividad turística; d) el facilitamiento al mercado inmobiliario para emprendimientos residenciales, comerciales, etc.…”