La crisis del COVID-19 no solo modificó la fecha de los comicios previstos en País Vasco y Galicia, sino que transformó su marco comunicativo. En el caso de las elecciones gallegas de 2020, los resultados reflejan un importante cambio en la configuración de la oposición. El nacionalismo cosechó la mejor representación de su historia de la mano del Bloque Nacionalista Galego (BNG), a la vez que se produjo la desaparición parlamentaria de la izquierda rupturista.Teniendo esto en cuenta, el objetivo de esta investigación es analizar la campaña desarrollada en redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram) por el BNG y su líder Ana Pontón, en el sentido de si expusieron estrategias innovadoras que conectaran con la juventud. Este público ha sido el principal votante del BNG de acuerdo con estudios postelectorales. Para lograr ese propósito se lleva a cabo un análisis de contenido que estudia los temas tratados en la campaña. También se valora el impacto cuantitativo en la fase de contienda electoral y los formatos empleados, en este caso a través de un enfoque cualitativo.Como resultado se aprecia una agenda temática plural. La campaña adopta rasgos de personalización política, en la figura de Ana Pontón; transversalidad, al dejar atrás postulados soberanistas; y capilaridad, con un notable peso de las agrupaciones locales. Todas esas estrategias han sido tradicionalmente propias del Partido Popular de Galicia (PPdeG), si bien el BNG semeja aplicarlas buscando nichos de votantes juveniles. El caso analizado demuestra cómo un partido clásico se apropia del espacio digital de la “nueva política”, consiguiendo erigirse en líder de la oposición en un contexto de desmovilización por la pandemia.