El regionalismo latinoamericano está en una fase de reconfiguración causada por su carácter intergubernamental e interpresidencial. Con los cambios de gobierno en México y Argentina en 2018 y 2019 se ha desatado una nueva dinámica. Resucitó CELAC, se debilitó Prosur, desapareció el Grupo de Lima, y la OEA perdió protagonismo. La coyuntura política actual abre nuevas perspectivas para la cooperación regional y la revitalización de las organizaciones y foros regionales. Pero tras un auge durante la marea rosa, como se denominó entonces la elección de varios presidentes con una orientación de izquierda en la primera década del siglo XXI y al principio de la segunda década, se produjo el declive de las organizaciones y foros regionales. UNASUR se desintegró y CELAC se paralizó. El artículo hace una reevaluación del ciclo dinámico del regionalismo durante la marea rosa y pregunta qué lecciones se pueden aprender del posterior declive de las organizaciones y foros regionales para la nueva etapa del regionalismo en América Latina.