“…Entre los rasgos comunes en ambos contextos están el papel de los movimientos sociales de mujeres y feministas en la construcción de política pública y la inclusión de la violencia hacia las mujeres en los planes de salud, el uso de protocolos, las tareas de detección, atención y recuperación para las mujeres, y el autocuidado profesional. Entre las diferencias, Cataluña no contempla acciones sanitarias con agresores; mientras que en Costa Rica existía, a la fecha de ese estudio, una menor especificidad y consistencia conceptual de lo que se entendía por violencia hacia las mujeres y, por lo tanto, lo que se reflejaba sobre esta en las políticas, los planes y los protocolos de actuación sanitarios, así como una carencia de la actualización de normas sanitarias del Ministerio de Salud (Rojas, Gutiérrez Rosado, Cantera, Marenco y Fernández, 2014).…”