“…5, N° 2: pp. 185 -244 http://dx.doi.org/10.20511/pyr2017.v5n2.172 tipo: violencia social y delincuencia juvenil(Shuster, 2007), o en situaciones de riesgo juvenil en donde el pandillaje es un elemento central(Desbiens et al, 2008;Villacorta, 2014), por tanto, en la realidad de los alumnos del distrito San Juan de Lurigancho, la delincuencia y pandillaje también fueron variables que acompañaron el desarrollo de los estudiantes y por ende han sido fuentes de iniciación en incidentes crítico, pues muchos, antes de comenzar los talleres, presentaban conductas de enfrentamiento y disrupción aunada a la agresividad, aunque esto fue en incremento hasta los meses antes de la dicha aplicación, el problema se debería al apego escolar a los amigos de barrio, quienes viven en situaciones de riesgo, aunque la condición laboral que los niños presentan se visualiza en las calles donde corren peligro, y ello contrae interactuar con jóvenes de la zona que integran grupos de pandillaje o delincuencia, por otro lado, estudios similares al realizado, se estudiaron variables más personales como la agresividad parental, lo cual causa incertidumbre en los docentes por no encontrar una solución al problema como también sucedería en los familiares de los implicados(Bilbao y Monereo, 2011;Contreras, Monereo & Badia, 2010;Nail, Muñoz & Gajardo, 2013;; si bien es cierto, los docentes de las Instituciones Educativas presentaron rechazo, fastidio y hartazgo sobre los estudiantes también disruptivos, esto se dilucidó en el gran porcentaje de los puntajes obtenidos de la observación de la conducta disruptiva, aunque también el progreso moderado por la efectividad del taller t proactivo también remarcó las diferencias ya analizadas a nivel de variable.En la violencia verbal la comparación estadística indicó que la inhibición de los incidentes críticos en los escolares provocara en los estudiantes mejor servicio en equipo, valorización de sus compañeros y también la escucha activa, lo que se logró a través del taller T prosocial, y que se logró gracias a la implementación de los planteamientos de Xifra (2009) y Roche-Olivar (2004), lo cual proviene de la conducta proactiva, no obstante, es base teórica del taller t prosocial, en la cual se buscó desarrollar aspectos de ayuda mutua y trabajo colectivo, y estas actividades se aproximaron a los aportes…”