1. El lugar y el sentido de una investigación "práctica"… de la práctica de la enseñanza Si hay un terreno superpoblado de equívocos y polisemias es precisamente éste, y no sin razón. La palabra "investigación" -que en otros idiomas remite más fácilmente, al menos en una de sus acepciones, a la idea de "buscar" (recherche, research)-en los ámbitos hispanoparlantes da -antes que nada-la idea de ir en pos de algo que no se sabe, que no se conoce, ya se trate de una investigación histórica o de una investigación policial. Posiblemente es por esta razón que nos cuesta tanto eludir el vínculo entre el término investigación y la aparición de un conocimiento nuevo. Sin embargo, sabemos que hay cuestiones "prácticas" que dan lugar a procesos de búsqueda, como los orígenes de la aviación, en los que no se trata esencialmente de saber algo nuevo sino más bien de hacer algo nuevo, como por ejemplo, aviones que puedan volar. También sabemos que los vínculos de esas investigaciones con los conocimientos formales son muy variados, y a veces se mezclan bastante con la experiencia, la intuición, distintos tipos de creencias, etc. Finalmente, hay además muchas investigaciones ligadas a la eficiencia, en busca de mejores maneras de hacer alguna tarea, como por ejemplo, escribir a máquina o ensamblar piezas en una fábrica o en un taller. Como vemos, entonces, investigar puede ser y querer decir muchas cosas distintas.Durante mucho tiempo, la investigación de la práctica de la enseñanza 1 ha ocupado un lugar que por momentos implica elaborar conocimientos nuevos, y por momentos involucra la cuestión de la eficiencia con mucha fuerza. Es así que podemos encontrar una extensa y variada bibliografía remitiendo a la descripción, clasificación y subclasificación de las prácticas de la enseñanza, modelos de profesor, formas de actuar, etc.2 (en la cual la referencia a un tipo "ideal" de práctica o de profesional es casi ineludible). En paralelo, también podemos encontrar una gran cantidad de obras que intentan establecer formas "eficientes", "correctas", algunas hasta científicamente fundamentadas, de enseñar (implicando siempre y no por casualidad el logro del aprendizaje por parte de los estudiantes). Es curioso, pero algunas veces se habla de esta Didáctica Tecnológica como algo del pasado, como si ya no existiera. Sin embargo, existe, vive y lucha, y sobre todo goza de muy buena salud, en proporción inversa a su prestigio, que habitualmente cotiza a la baja (en la mayoría de los ambientes, y no solo en este artículo).