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In Uruguay, the development and institutionalization of the social sciences have been relatively delayed compared to other countries of the region. This fact contrasts with the socio-economic and sociopolitical development of the country, as well as with that of the professional branches of university education. The so-called formal foundational process of the social sciences effectively began in the 1970s, especially in history, economics and sociology. Political science and anthropology began to take shape only after the return to democracy in 1985. The military coup (1973-85) caused an interruption in the institutional status of the social sciences but did not entirely dismantle them. These sciences continued to develop in independent research centers, often receiving external funds. The exchange with foreign academic centers, especially the CLACSO and FLACSO nets, was germane to the process. With the return of democracy, the institutionalization process of the social sciences resumed and the link between the pre-dictatorship and post-dictatorship generations in these fields became more apparent. Simultaneously, the labor market for social scientists broadened and diversified.

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