“…Desde entonces, ha surgido una creciente ola de trabajo académico y de informes institucionales a este respecto en el ámbito internacional (Anthias, 2012(Anthias, , 2014Bastia, 2014;Goñalons & Ferree, 2014;Magliano, 2015) y, concretamente, en el País Vasco (Brujas y diversas, 2015; Emakunde, 2011;Escudero, 2011;Gandarias y Pujol, 2013;Gandarias, 2017;Ikuspegi, 2014;Roco, 2014;Rolande, 2015). Los datos demuestran que la intersección entre categorías sociales relativas al género, la nacionalidad, la etnia o la clase, genera en el caso de las mujeres migrantes, una situación realmente acuciante de vulnerabilidad y desamparo que es claramente desigual con respecto a la de las mujeres autóctonas; entre los datos que así lo demuestran, tenemos, por ejemplo, que, en cuanto que migrantes, forman parte de un colectivo especialmente afectado por el incremento del desempleo, la precariedad y el riesgo de exclusión en el contexto de crisis económico-financiera del Estado español (Colectivo IOÉ, 2013;Intermón Oxfam, 2012).…”