Este artículo identifica y describe preliminarmente una nueva dimensión del dinero que emerge gracias a la implementación masiva de transferencias monetarias para el desarrollo. Concentrándonos en las expectativas educativas que las transferencias monetarias del programa Asignación Universal por Hijo (AUH) promueven entre sus receptoras en la ciudad de Paraná (Provincia de Entre Ríos, Argentina), y en particular en las interfaces monetarias de sus unidades domésticas, descubrimos que, aunque el estado argentino con la finalidad de terminar con la pobreza de la próxima generación pretenda incentivar y condicionar prácticas maternales y educativas, en la mayoría de los casos analizados las transferencias no redundan en una inversión significativa en la educación de sus beneficiarios. Este dinero, sin embargo, al enfrentarse y compararse con otros dineros, principalmente los provenientes de los salarios informales del esposo o concubino, reproduce expectativas vitales que son condición de posibilidad de cualquier mejora educativa. Las mujeres administradoras al reconocer en las transferencias un dinero vital para sus hijos, pero semánticamente muy poco significativo, instauran al mismo tiempo que nuevas posibilidades de perfeccionar consumos y cuidados, una dimensión dineraria que hemos denominado "el ombligo del dinero".