La Región de La Araucanía, en términos de paisaje, ha sido históricamente entendida a partir de sus recursos e hitos naturales, principalmente en función de la exaltación de la región como destino turístico y productivo. No obstante, esta perspectiva genera al menos dos problemáticas para comprender las ciudades de la región. En primer lugar, no se hace cargo de las prácticas cotidianas de los habitantes de sus ciudades; y en segundo lugar, tiende a posicionar jerárquicamente una visión de paisaje por sobre otras, invisibilizando las prácticas en el espacio urbano-territorial de la etnia mapuche. Ante esa problemática, se propone una perspectiva no representacional del paisaje, la cual se basa en las prácticas socioespaciales cotidianas, y los sentidos de lugar con que se va construyendo el paisaje de las ciudades de La Araucanía. Metodológicamente se trabaja en las ciudades de Temuco, Villarrica y Angol, en base a caminatas guiadas por los entrevistados, las cuales dan cuenta de cómo los actores entienden y viven el día a día de las ciudades. Se concluye que más allá de una representación estática de paisaje, en ciudades de La Araucanía se dan interacciones interculturales y urbano/rurales particulares, las cuales deben ser consideradas como parte constitutiva del paisaje relacional del cual son parte.Palabras claves: paisaje, teoría no representacional, interculturalidad, ciudades de la Región de La Araucanía. A partir de la ocupación de La Araucanía por parte del Estado chileno a finales del siglo XIX, y el consecutivo proceso de ocupación territorial sobre el territorio Mapuche, se comienza a construir un imaginario paisajístico sobre La Araucanía. La instalación del tren y la creación de caminos -entre otros-facilitaron la llegada de empresas productivas y de urbanización creciente (Flores 2012;Pinto 2003), generando nuevas relaciones en el paisaje y una visión representacional y estática sobre este. De tal modo, se desarrolló una visión del paisaje natural como espacio selvático a ser dominado mediante la habilitación productiva del espacio, propio de la sociedad colona (Camus y Solari 2008). Sumada a esta perspectiva, durante el siglo XX se generó una representación estética asociada al turismo. Esta ocurrió por medio de la construcción del imaginario de belleza nacional del paisaje del sur de Chile, incentivado por el Estado desde la Empresa de Ferrocarriles del Estado y en revistas como En Viaje y La Guía del Veraneante (Booth 2010) 1 .