“…Concluyendo así, que esta combinación de baja aceptación/imposición y alta severidad/imposición, el estilo autoritario, es un buen estilo educativo (Hoff, Laursen, & Tardif, 2002;Lamborn, Mounts, Steinberg, & Dornbusch, 1991;Steinberg, Lamborn, Darling, Mounts, & Dornbusch, 1994). En otros casos, se ha concluido que es necesario combinar el afecto con la imposición, siendo el autorizativo, caracterizado por alta aceptación/implicación y alta severidad/imposición, el estilo educativo óptimo (Alfonso et al, 2009;Barh, & Hoffman, 2010;Becoña et al, 2013;Cano, Solanas, Marí-Klose y Marí-Klose, 2012;Kokkevi et al, 2007;Martínez, Fuertes, Ramos y Hernández, 2003;Montgomery, Fisk, & Craig, 2008); mientras que, en otras ocasiones, únicamente el afecto de los padres, el estilo indulgente, caracterizado por alta aceptación/implicación y baja severidad/imposición, ha funcionado como factor protector frente al consumo de los hijos (Fuentes, García, Gracia y Lila, 2011;García y Gracia, 2009Gracia et al, 2012;Martínez et al, 2013).…”