Desde mediados del siglo XIX, frente a las epidemias de cólera que arrasaron Europa, las autoridades sanitarias de los países afectados identificaron la necesidad de generar mecanismos que garanticen una máxima seguridad contra la propagación internacional de enfermedades, con una mínima interferencia en el tráfico mundial. En noviembre de 1924, durante la VII Conferencia Sanitaria Panamericana celebrada en La Habana, Cuba, los gobiernos de 21 repúblicas americanas firmaron y ratificaron el Código Sanitario Panamericano con dicho objetivo, sostenido en la cooperación de los gobiernos, que estimulaba el intercambio de información, y fortalecía las acciones de Salud Pública y la adopción de medidas utilizadas en los puntos de entrada.En el año 1951 los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron el Reglamento Sanitario Internacional que, luego de diversas revisiones y actualizaciones, condujo a un acuerdo internacional jurídicamente vinculante, suscrito en el año 2005 por 196 países, que incluían a todos los estados miembros de la OMS con el objetivo de ayudar a la comunidad internacional a prevenir y dar respuesta a los riesgos graves para la salud pública que tengan la capacidad de cruzar fronteras y amenazar a la población mundial (1) .A pocas horas de celebrar el inicio del nuevo año 2020, la OMS fue informada por las autoridades de China de 27 casos de neumonía de etiología desconocida en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, que afectaba a personas vinculadas con un mercado de productos marinos y de venta de animales. Pocos días después se comunicó la identificación de un nuevo coronavirus como posible agente etiológico, distinto al SARS-CoV, MERS-CoV, influenza y otras infecciones respiratorias que habían afectado a diversos países de la región, que se ha denominado como "2019-nCoV" (2) .El 30 de enero de 2020, el Comité de Emergencia para el Reglamento Sanitario Internacional de la OMS, declaró el brote de 2019-nCov como una "Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional" (ESPII). Una semana después, ya habían sido reportados 24 554 casos confirmados a nivel global, de los cuales el 99,2 % se encontraban en China, y el 0,8 % restante 24 países en Asia, Australia, Europa y América del Norte, por lo que la OMS consideró el riesgo de propagación como "muy alto" en China y "alto" en el resto del mundo. Para este momento, el número de defunciones ascendía a 491, lo que implicaba una letalidad muy próxima al 2 % (3) .A pesar de las medidas adoptadas, durante la siguiente semana el número de casos y defunciones fue en aumento, llegando a 42 708 casos diagnosticados y 1017 fallecidos solo en China. Para esta fecha se contabilizaban 393 casos en 24 países y una muerte, con lo que alcanzó una letalidad de 2,36 %. Estudios realizados pudieron determinar que el 83 % de los casos fueron identificados como conglomerados familiares, otros provenían de escuelas, supermercados o lugares de trabajo, lo que traduciría una insuficiente "conciencia de protección", como no usar tapabocas ...
La educación médica en el país tiene una gran tradición. El modelo de especialista-aprendiz, modificado solo porque ahora se asignan 4 aprendices a cada especialista por semestre, es aún lo que se sigue usando y se considera la mejor opción para los años de enseñanza clínica. La metodología educativa en el área de estudios generales y ciencias básicas también ha cambiado poco en cuanto a la forma de aplicarla. Las clases teóricas se dan en un aula grande y es el profesor quien dicta. En el caso de los seminarios y laboratorios sí se han logrado algunas mejoras como la enseñanza basada en problemas o el modelo de "flipped classroom" donde se le da el protagonismo al alumno.
aprender con efectividad en cualquier situación en que uno se encuentre, permitió el desarrollo del planteamiento de las teorías de estilos de aprendizaje (1).
Cuando un miembro de la familia enfermaba se llamaba al médico, quien luego de un interrogatorio dirigido y de un examen físico minucioso, se encargaba de prescribir una fórmula magistral que curaba o aliviaba al enfermo, constituyendo el tradicional acto médico. Sin embargo en el mundo actual, globalizado e interconectado; donde se cuenta con múltiples avances tecnológicos y terapéuticos, el quehacer médico ha experimentado profundas modificaciones.Los preceptos de la escuela griega difundidos por Hipócrates, en donde el médico era un hombre bueno, perito en el arte de la ciencia, que buscaba ante todo la máxima de "no causar daño" en sus pacientes (primum non nocere), permitió a lo largo de los años formar a un clásico médico humanístico, en donde se escrutaba establecer una relación Médico-Paciente, propiciando lazos afectivos y de empatía; siendo dedicado al cuidado del enfermo, y que gracias a su conocimiento del cuerpo humano buscaba curarlo. El enfoque ético, diagnóstico y terapéutico de la medicina, conducía a que el profesional de la salud estuviera capacitado en los diferentes campos de la medicina poco desarrollados en esa época, constituyendo un Médico todista (1) .Hasta hace poco, el corto avance de la medicina, permitía contar con el médico de cabecera, que abarcaba todos los campos con un conocimiento para esa época amplio y seguro, satisfaciendo las curiosidades del enfermo, de su familia y sobre todo de los mismos médicos. Sin embargo el avance vertiginoso de la ciencia en las últimas décadas, ha hecho que el conocimiento sea cada vez más profundo y amplio, siendo el médico desbordado en su afán de ciencia y obligándolo a especializarse y hasta en sub-especializarse.El médico de hoy generalmente es un especialista, que conoce sólo un aspecto de la medicina y que debe constantemente mantenerse en la vanguardia de los avances tecnológicos. El médico puede llegar a conocer habitualmente en forma minuciosa y pormenorizada una parte de un todo, conduciéndolo a una visión muchas veces tubular y circunscrita. ¿Quién debe tratar a un paciente con insuficiencia cardiaca aguda?, el cardiólogo, el médico internista, el médico de familia; o en el caso de un paciente con un síndrome coronario agudo, ¿será el emergencista, el cardiólogo clínico, o el cardiólogo intervencionista, o quizás el intensivista? A la par en múltiples ocasiones es necesario la participación conjunta y complementaria de diversos especialistas, como en una cirugía de abdomen donde participa además del cirujano, un vascular o un cirujano plástico; o en aquellas situaciones en que el neumólogo, el infectólogo así como un intensivista se interrelacionan para abordar un caso complejo. El trabajo médico en equipo es el común denominador en sociedades científicas avanzadas, en donde un colega no es un adversario sino por el contrario es el apoyo para una mejor decisión.En la última década, las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) se han convertido en la principal causa de muerte. En el año 2008 las ECNT causaron a nivel mundial más d...
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